Bartolomé de las Casas: Un trabajador de principios de los derechos humanos

Bartolomé de las Casas es uno de los notables en la historia que surgió en el comienzo mismo del movimiento moderno de derechos humanos.  Un gran humanista, se enteró de los derechos humanos en su encuentro con el pueblo de América Central y del Sur durante el siglo XVI durante la invasión europea de las Américas. Él utilizó su cargo como fraile dominico y más tarde obispo de defender los derechos humanos de los pueblos indígenas de las Américas.

Las Casas llegó a las América como parte de las expediciones coloniales de España, llegando en 1502 en La Española (hoy Haití y la República Dominicana), en el comienzo del encuentro entre los europeos y los pueblos de las Américas.

A diferencia de la mayor parte de sus contemporáneos de Las Casas, muy pronto llega a la conclusión de que nada puede justificar lo que los españoles están haciendo en las Américas. Fue influenciado por un grupo de predicadores dominicos de Antonio de Montesinos, que en 1511 puso  preguntas directamente de los problemas antelos españoles:

Decid ¿con qué derecho y con qué justicia tenéis en tan cruel y horrible servidumbre aquestos indios? ¿Con qué auctoridad habéis hecho tan detestables guerras a estas gentes que estaban en sus tierras mansas y pacíficas, donde tan infinitas dellas, con muerte y estragos nunca oídos habéis consumido? ¿Cómo los tenéis tan opresos y fatigados, sin dalles de comer ni curallos en sus enfermedades [en] que, de los excesivos trabajos que les dais, incurren y se os mueren y, por mejor decir, los matáis por sacar y adquirir oro cada día?

Los colonos, rechazar estos argumentos tenía los predicadores recordó a España. Las Casas se convirtió en Dominicano y en 1513 acompañó a una campaña militar contra Cuba, donde él personalmente fue testigo de atrocidades y, como colonos, fue galardonado con el argumento habitual de las tierras y los esclavos con su amigo Pablo de Rentería en el marco del sistema de la encomienda que se aplicaba a todos los colonos . En 1514 cuando se lee un pasaje del Eclesiástico que llegó a la conclusión de que tanto la esclavitud y las conquistas estaban equivocados. Él y su amigo, que había llegado a la misma conclusión, liberó a sus esclavos y vendio su parcela de tierra y Las Casas regresó a España para apelar ante el Rey para poner fin a los abusos.

Este fue el comienzo de una campaña permanente de los derechos humanos contra los abusos coloniales. Para entender de Las Casas,es útiltratar de ver las verdaeera crueldad que sufrieron los indígenas  a través de sus propios ojos. A fin de presentar pruebas al Rey y otros graba lo que estaba sucediendo en el detalle doloroso de las Américas.. A continuación se ofrece algunos extractos de su obra Breve Informe sobre la destrucción de las Indias:

De aquí comenzaron los indios a buscar maneras para echar los cristianos de sus tierras: pusiéronse en armas, que son harto flacas e de poca ofensión e resistencia y menos defensa (por lo cual todas sus guerras son poco más que acá juegos de cañas e aun de niños); los cristianos con sus caballos y espadas e lanzas comienzan a hacer matanzas e crueldades extrañas en ellos. Entraban en los pueblos, ni dejaban niños y viejos, ni mujeres preñadas ni paridas que no desbarrigaban e hacían pedazos, como si dieran en unos corderos metidos en sus apriscos. Hacían apuestas sobre quién de una cuchillada abría el hombre por medio, o le cortaba la cabeza de un piquete o le descubría las entrañas. Tomaban las criaturas de las tetas de las madres, por las piernas, y daban de cabeza con ellas en las peñas. Otros, daban con ellas en ríos por las espaldas, riendo e burlando, e cayendo en el agua decían: bullís, cuerpo de tal; otras criaturas metían a espada con las madres juntamente, e todos cuantos delante de sí hallaban. Hacían unas horcas largas, que juntasen casi los pies a la tierra, e de trece en trece, a honor y reverencia de Nuestro Redemptor e de los doce apóstoles, poniéndoles leña e fuego, los quemaban vivos. Otros, ataban o liaban todo el cuerpo de paja seca pegándoles fuego, así los quemaban. Otros, y todos los que querían tomar a vida, cortábanles ambas manos y dellas llevaban colgando, y decíanles: “Andad con cartas.” Conviene a saber, lleva las nuevas a las gentes que estaban huídas por los montes. Comúnmente mataban a los señores y nobles desta manera: que hacían unas parrillas de varas sobre horquetas y atábanlos en ellas y poníanles por debajo fuego manso, para que poco a poco, dando alaridos en aquellos tormentos, desesperados, se les salían las ánimas.

Una vez vide que, teniendo en las parrillas quemándose cuatro o cinco principales y señores (y aun pienso que había dos o tres pares de parrillas donde quemaban otros), y porque daban muy grandes gritos y daban pena al capitán o le impedían el sueño, mandó que los ahogasen, y el alguacil, que era peor que el verdugo que los quemaba (y sé cómo se llamaba y aun sus parientes conocí en Sevilla), no quiso ahogarlos, antes les metió con sus manos palos en las bocas para que no sonasen y atizoles el fuego hasta que se asaron de despacio como él quería. Yo vide todas las cosas arriba dichas y muchas otras infinitas.

Se podría verse obligado a creer en la inhumanidad obsceno tal, sino por el hecho de que la historia moderna ha sido puntuado con un solo genocidios. Al escribir estas cuentas al Rey, La Casas dice:

“deliberé, por no ser reo, callando, de las perdiciones de ánimas e cuerpos infinitas que los tales perpetraran, poner en molde algunas e muy pocas que los días pasados colegí de innumerables, que con verdad podría referir, para que con más facilidad Vuestra Alteza las pueda leer”

Lo que Las Casas no es lo que los trabajadores de derechos humanos han hecho desde entonces: reunir pruebas de violaciones de los derechos humanos y sacar a la atención de los que tienen autoridad para que sean puestos a su fin. Lo que registra es el comienzo de lo que se describe mejor como una gran tribulación que iba a engullir las ciudades, pueblos y aldeas de las Américas. Horriblemente, el proceso colonial que los europeos subyugados mayor parte del mundo, iba a continuar durante 400 años de barrido de todo el mundo matando y violando los derechos de cientos de millones de seres humanos. Las Casas hace su carácter claro para nosotros.

Daremos por cuenta muy cierta y verdadera que son muertas en los dichos cuarenta años por las dichas tiranías e infernales obras de los cristianos, injusta y tiránicamente, más de doce cuentos de ánimas, hombres y mujeres y niños; y en verdad que creo, sin pensar engañarme, que son más de quince cuentos.

Dos maneras generales y principales han tenido los que allá han pasado, que se llaman cristianos, en estirpar y raer de la haz de la tierra a aquellas miserandas naciones. La una, por injustas, crueles, sangrientas y tiránicas guerras. La otra, después que han muerto todos los que podrían anhelar o sospirar o pensar en libertad, o en salir de los tormentos que padecen, como son todos los señores naturales y los hombres varones (porque comúnmente no dejan en las guerras a vida sino los mozos y mujeres), oprimiéndolos con la más dura, horrible y áspera servidumbre en que jamás hombres ni bestias pudieron ser puestas. A estas dos maneras de tiranía infernal se reducen e ser resuelven o subalternan como a géneros todas las otras diversas y varias de asolar aquellas gentes, que son infinitas.

La causa por que han muerto y destruído tantas y tales e tan infinito número de ánimas los cristianos ha sido solamente por tener por su fin último el oro y henchirse de riquezas en muy breves días e subir a estados muy altos e sin proporción de sus personas (conviene a saber): por la insaciable codicia e ambición que han tenido, que ha sido mayor que en el mundo ser pudo, por ser aquellas tierras tan felices e tan ricas, e las gentes tan humildes, tan pacientes y tan fáciles a sujetarlas; a las cuales no han tenido más respecto ni dellas han hecho más cuenta ni estima (hablo con verdad por lo que sé y he visto todo el dicho tiempo), no digo que de bestias (porque pluguiera a Dios que como a bestias las hubieran tractado y estimado), pero como y menos que estiércol de las plazas.

Habiendo establecido una descripción general de la opresión de los españoles contra los indios, Las Casas, a continuación, caso tras caso en detalles tales métodos se utilizaron, la localización de las invasiones provenientes del Caribe, a México, Centroamérica y Perú. En todas las partes de las Américas que los españoles llegaron a lo violentamente subyugar a la gente, en general, cometer masacres brutal y genocida, la extracción de tributos de oro y la reducción de lo que quedaba de la población a la esclavitud. Los indios eran utilizados brutalmente para el beneficio económico, para el deporte, como herramientas en la opresión de otras poblaciones indígenas, como animales de carga e incluso como alimento para los perros de los españoles.

Las Casas hizo todo lo que podría no sólo para exponer estos abusos, sino para cambiar la situación. Viajó a España para apelar ante el Rey. En 1542 sus esfuerzos dieron como resultado las nuevas leyes diseñado para proteger a los indios. Aunque las leyes fueron pisoteados por los colonos que fueron diseñadas para poner fin al sistema de encomiendas, que eran tan opresivas para los indios. El famoso tema de debate tanto la injusticia de la conquista de las Indias Favorecio  la esclavización de los indios ante la corte española como era contraria tanto a la divina y la ley española. Como Obispo de Chiapas, en América Central, negó su absolución feligreses Europea si tenía esclavos. Su larga vida se dedicó a aminorar y poner fin a los abusos de derechos humanos que vio. Su vida se ha llamado repetidamente la fruta, en los abolicionistas del siglo XVIII, recordó su trabajo, en el siglo XIX, los movimientos de liberación de América del Sur utilizó su nombre, y su nombre se asocia con la Teología de Liberación en el siglo 20 y la tradición latinoamericana de los derechos humanos en el 21.   También es, tal vez, no es casualidad, que los países de América del Sur donde las poblaciones indígenas y las culturas han sobrevivido mejor, se encuentran entre los países en los que Las Casas trabajado y centrado su atención.

Viggo Mortensen reads Bartolome de Las Casas, “The Devastation of the Indies: A Brief Account” (1542) in Spanish and English from Voices of a People’s History on Vimeo.

El encuentro entre los europeos y los pueblos de las Américas en el siglo XVI planteó una cuestión central: ¿cuál era la relación entre estos dos grupos de personas? Como hemos visto más arriba que los españoles resuelto en gran medida esta relación en términos de la brutalidad, la explotación y el sometimiento. Las Casas saw it differently: Las Casas lo vio de otra manera:

Todas las razas del mundo son hombres, y de todos los hombres y de cada individuo no es más que una definición, y es que son racionales. Todos tienen entendimiento y voluntad y libre elección, ya que todos están hechos a imagen y semejanza de Dios … Por lo tanto toda la raza humana es una.

Al igual que las supresiones finales del siglo XVIII, que tuvo como lema ‘¿No soy un hombre, y un hermano? “En sus esfuerzos para abolir la trata de esclavos en el Atlántico, Las Casas defiende la igualdad humana y la fraternidad humana. Estas ideas fueron a aparecer en las declaraciones de los derechos de la Ilustración y en la Declaración Universal de 1948 de los Derechos Humanos se expresó de la siguiente manera:

Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos y, dotados como están de razón y conciencia, deben comportarse fraternalmente los unos a los otros en un espíritu de hermandad.

 

Las Casas lo vio cientos de años antes de que fuera reconocida universalmente. En parte, su visión viene de la tradición académica y religiosa de la que viene, pero con tanta seguridad que se realizó en la experiencia de presenciar abusos contra los derechos humanos y en los rostros, las vidas y la dignidad de los indios que se encontró, a quien en repetidas ocasiones alabado y que le ayudó a ver cómo esas tradiciones condujeron a esta respuesta.  Estaba profundamente avergonzado de la conducta de sus compatriotas que se hacían llamar “cristianos”, pero que tenía en alta consideración la conducta civilizada de los indios que los españoles tan cruelmente oprimidos.

La pregunta “somos un solo pueblo con los mismos derechos?” Todavía hoy tenemos ante nosotros. Es la pregunta central que surge en la discriminación infligidos a los no ciudadanos. Si no los ciudadanos a ser tratados como seres humanos inferiores – impulsado a las comunidades donde se dice no pertenecer, encarcelados, vilipendiados por los medios de comunicación; explotadas para impulsar las carreras de los políticos, sólo un valor, cuando en sus países de origen para la entrega de productos como el chocolate, el café y los textiles; les niega el acceso si son pobres, pero admitió que si se adapta a las necesidades de una inmigración de los Estados, o la necesidad de trabajadores para hacer los trabajos serviles para la población nativa no quiere realizar?

¿O se trata todo el modelo profundamente inmoral e inaceptable?

No debe escapar a nuestra atención, que en muchos casos la negación de la igualdad de trato y de acceso, se hace por los lugares donde los que se beneficiaron de los procesos de residencia colonizada: lugares como Europa, Estados Unidos, Canadá, Australia y que los excluidos son, en gran medida, los descendientes de las poblaciones oprimidas durante la época colonial.

Sources: Fuentes:

Bartolomé de Las Casas, su vida, el apostolado, y escritos de Francisco Augusto MacNutt Cleveland, EE.UU. La compañía Arthur H. Clark 1909

De la Conquista a las Constituciones: Recuperación de una Tradición de América Latina de la idea de los Derechos Humanos Paolo G. Carozza trimestral Derechos Humanos 25 (2003) 281-313

Bartolomé de Las Casas: Testigo: Redacción de Bartolomé de Las Casas. ed y trans por George Sanderlin (Maryknoll: Orbis Books, 1993) 66-67

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